DE LA ALTURA A LOS AIRES

La promesa guardada celosamente en tu almohada,

ahora nos conmina a cumplir con la mision de la busqueda

Aunque la tierra tiemble mas que nunca, y mas aún. Y aunque lleguemos al doce. Piso ultimo donde el ascenesor nos depara la parada final.

La altura sin aire ya nos manda la señal, lo aires nuevos nos rozan, nos susurran bien estar.

Solos en el viento, solos volando de la mano, sabiendo que la altura no es lo importante, sabiendo que la marea aerea es solo el flujo constante, es el ritmo del universo que acompaña las notas disonantes de la libelula que flota a un costado, riendo de nuestra ingenuidad virginal que la gran aventura de ir de la altura a los aires dejo dibujadas nuestras sonrisas.

Solos y riendo al vuelo, dejandonos caer en el viento.

El encuentro. 

LA RAZÓN DEL PUTASO

"A mis ANALES"

Y es que el título lo dice todo.

Hay que comprarse un terrenito para hablar con propiedad.

Por fin llega en vida la razón, a ciencia cierta de la verdad.  Ahora sabemos como  es que el tiempo se toma su tiempo.

Las heterodoxias mas esenciales de lo esencial, habían tenido sus paréntesis. (Y cómo sirven ante el atropello del vocabulario humano, deshumanizado, que quiere ser mas humano y que por falta de melodías nuevas, no lo logra. Que lastima).

El descubrimiento de la mayor envergadura que pensábamos tán lejana, ajena y que por fin, ya nos constituye, de alguna manera, y aunque sea a la mala, Chontanos y libres de sutilezas, así nomás será. Así lo queremos y no hay nadie que pueda cambiar aquello.

Es el primer balde de agua fría en los carnavales de la infancia. Cuando uno solito, sin ayuda, se vertía el liquido elemento. Helado y puro, agua en la mas completa soledad de la propia espalda y existencia. Cómplice por primera vez de uno mismo, y la vida es nueva de nuevo.

El mundo no se acababa, no en chiste, no te rías.

Todo esta escrito en nuestros anales, en lo mas profundo de nuestra vulnerabilidad, de nuestras entrañas.

La verdad esta siempre donde no buscamos. Anales de nuestro reflejo en los anales reflejos de lo vivido, de lo justamente preciso.

El urgente amorío que nos mantiene vivos, conscientes, sin desatinos, que nos reanima. A la buena ó a la mala, pero nos reactiva.

Cabeza ó estómago??

Yo decido

EL TIEMPO QUE VIVIMOS

(Para Yankel y Laura)

El tiempo que vivimos solo lo saben las mariposas, con exactitud.

Ese abstracto y concreto antagonismo que dibuja la linea divisoria, donde nos conocimos, donde nos entendimos y creimos y , que mierda,  creémos

El tiempo que vivimos, que suena a pasado y a presente inmediato, es un regalo del verbo, para ti, para mi, para la flaca detrás del espejo, que rie acompañada del café mañanero de la tranquilidad de una virgen que la invita.

El tiempo que vivimos, en pasado, en futuro y preterito imperfecto, no alcanza, por que es tiempo. Tiempo de manecillas terroristas, de verdad, que intentan envolver nuestro espacio, y me acuerdo las palabras de ajenjo, que decian que, justamente, ya no hay tiempo.

Y aunque hayamos aprovechado cada segundo a consciencia. El tiempo nos queda como chompa encogida, de lana, de llama. Que remedio.

Tuvimos la certeza del cataclismo a tiempo, a media vida.

Aún nos queda la redención y la oportunidad de reinventarnos, de nuevo, nuevos. Eso espero.

Ya vimos que el mundo y los motivos avanzan a pasos agigantados, enormes y violentos.

Me niego a pensar en la poesia en estos momentos, donde lo que se dice o se escibe, ya esta pasado de moda, ya alguien se lo sabe de memoria,  y entristece la flojera que rodea, la rabia de la gente que ya no es rabia, y la gente, que cada vez es menos gente. Es la masa de la grasa que escribe en los nichos inconsciente los nombres que hacen falta.

El tiempo que vivimos. Aquí y ahora. Ayer y mañana.

Cómo me hacen falta.